Exuberancias

Óleo sobre papel (50×65).
Extraño paisaje formado por un movimiento dinámico de líneas y elementos cuasi-orgánicos.

La mente humana necesita percibir una estructura organizada de formas y colores. Es por ello, que el orden, la armonía y la proporción son requisitos imprescindibles en la pintura y otras manifestaciones artísticas y constituye una actividad que se opone a la entropía. Pero el orden y el caos están interrelacionados, así el orden se desintegra en caos y del caos se construye orden.

En este grupo de obras, a partir de equilibrio y orden, trato de provocar caos y desorden utilizando distintas técnicas como el “rayado”, el “rasgado”, el “grattage” o el “craquelado” donde las tensiones sobre la superficie de la pintura producen el resquebrajamiento de esta.