Esta serie de obras supone el comienzo de una preocupación constante, casi obsesiva, por el azar y sus efectos, en el arte en general y en la pintura en particular. Utilizando como modelo el “Drip painting” trato de hacer una investigación sobre las posibilidades pictóricas de los conceptos “azar” y “aleatoriedad”.

El grado de aleatoriedad supone la variable fundamental, situándome en distintos puntos en la línea que va desde el hipercontrol a la aleatoriedad total. Este mayor o menor control, depende fundamentalmente del grado de fluidez/viscosidad de los materiales con los que trabajo y aplico sobre el lienzo.

En estas obras utilizo una pintura muy fluida, lo que resta bastantes posibilidades a la voluntad y control. Pero, en el intento de conseguir el mayor equilibrio y cohesión posible, siempre hay dosis más o menos grandes de determinismo, tanto consciente como inconsciente. El resultado es una trama intrincada y enmarañada de líneas, manchas y colores, donde conviven los efectos del azar, espontaneidad, voluntad y caos.